Por una parte crece sólo y exclusivamente en zonas
pedregosas andinas de Bolivia y Perú, concretamente en alturas entre los 3.200
y los 4.800 metros, así que para poderla ver no hay más remedio que viajar a
uno estos países.
Otra peculiaridad
es su sorprendente altura, ya que esta planta pariente de la piña alcanza dimensiones
entre los 3 y 4 metros en crecimiento vegetativo y hasta 12 metros con la
inflorescencia, gracias a que sus hojas espinosas van creciendo durante decenas
de años hasta alcanzar una altura gigantesca que las hace visibles a larga
distancia.
Fue descubierta en
1830 por el científico francés Alcine d´Orbigny en Bolivia y posteriormente por
el italiano Antonio Raimondi que la descubrió en Perú.

En mi viaje a Perú
tuve la gran suerte de contemplar esta impresionante planta en el Parque Nacional
de Huascarán (Cordillera Blanca) y además en plena época de florecimiento. Fue todo un privilegio para mí poder contemplar tal espectáculo único e
inolvidable y aún guardo en mi memoria su primera visión pues desde la lejanía y circulando en un autocar las pude divisar unas formas extrañas, altivas, enormes, puntiagudas y casi extraterrestres, sin saber que se trataba de algo único en el mundo.
Estos días ha
florecido el Aloe Vera de mi terraza y observándolo he sido consciente de su
similitud con la Puya Raoimondii, lo que me ha inspirado a escribir este post. Ambas tienen una forma algo parecida y además mi planta al igual que la Puya florece muy pocas veces en su vida y su
flor alcanza gran altura.
Curiosa comparación...!!!
Curiosa comparación...!!!
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