16 febrero 2013

SALZBURGO



Hace ya muchos años existían viajes que iban dirigidos a los jóvenes y que organizaban agencias de viajes las cuales, gracias a acuerdos firmados con la Generalitat de Cataluña, ofrecían packs de viajes a los estudiantes a unos precios muy económicos. Recuerdo que se tenían que hacer largas colas de tres y cuatro horas para tener la suerte de poder apuntarse a uno pero la espera realmente valía la pena, a pesar incluso de que se trataban de viajes duros en el sentido que gran parte de los recorridos se hacía mediante autocar e incluso alguna vez se pasaba noche dentro del vehículo para rebajar costes.

Gracias a uno de esos tours por Austria y con apenas 20 años pude visitar la ciudad de Salzburgo. Verdaderamente todo el país me impactó muchísimo porque realmente era una maravilla contemplar el Tirol, infinidad de lagos, el río Danubio, castillos, montañas verdes con casitas de madera adornadas con flores que forman parte del paisaje habitual de todo el país … acompañado por la música de Johann o Richard Strauss. Pero quizás uno de los lugares más maravillosos e impresionantes para mí fue la ciudad de Salzburgo, cuna de Mozart y de la exquisita tarta sacher.


Recuerdo por ejemplo que me impactó su calle principal porque mantenía los letreros originales de los negocios y tiendas, o también visitar la casa donde vivió Mozart parte de su vida, la estatura original existente del genial músico situada en una bonita plaza, los puentes que cruzan el río de lado a lado de la ciudad y sobre todo la ópera y el ambiente de lujo y exquisitez que se movía a su alrededor. Una de las noches en Salzburgo pude contemplar desde la calle el ambiente de elegancia y buen gusto de las personas que acudían a la ópera. Debido a mi edad y a mi economía vivir una experiencia así era todo un sueño y algo que no me podía permitir, pero creo que tal visión me impacto hasta el punto que hoy en día y después de tantos años soy amante de la ópera a la cual he asistido en diversas veces, muestra que en ocasiones los sueños se hacen realidad!!

Mi recomendación

  • Subir al castillo para divisar desde lo alto toda la ciudad y hacer preciosas fotos.
  • No dejar de probar la auténtica tarta sacher, que aunque el precio es verdaderamente desorbitado, su sabor nada tiene que ver a las tartas sacher que venden fuera de allí.     
  • Si te gusta la música y tienes posibilidades económicas, acudir a una ópera de Salzburgo pero deberás vestir traje de gala ya que allí las formas y el protocolo son exquisitos.
  • Visitar la Abadía de Melk, que se encuentra a pocos kilómetros de Salzburgo, en la que se inspiraron para ambientar la película de El nombre de la Rosa.

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