27 noviembre 2011

MAL DE ALTURA

El mal de altura son las reacciones fisiológicas que soporta nuestro cuerpo producidas por la exposición a la baja presión de oxígeno que existe a gran altitud normalmente entre los 2.500 y los 3.000 metros por encima del mar, dado que a medida que vamos ascendiendo van disminuyendo tanto la presión atmosférica como la presión del oxígeno que inspiramos.

Como consecuencia nuestro organismo pone en funcionamiento varios mecanismos para aportar mayor oxígeno aumentando la respiración, el pulso y el bombeo del corazón y por tanto la cantidad de glóbulos rojos en nuestra sangre.

Por eso cualquier montañero que quiera ascender a ciertas alturas deberá someterse a un periodo de adaptación a las bajas presiones tanto de oxígeno en el aire como en su sangre. La aclimatación conllevará entre 2 y 3 días a partir de los 2.000 metros y antes de pasar a una altura mayor será aconsejable ascender un promedio de 350 a 400 metros por día y a más de 6.000 metros la ascensión no será superior a los 200 metros por día.

Los síntomas más característicos que se desarrollan generalmente a las 36 horas son dolor de cabeza, náuseas y mareos y dificultades para dormir. Tanto para evitarlo como para disminuir sus efectos será aconsejable beber mucho líquido y hacer una dieta rica en azúcares y féculas y por supuesto realizar un ascenso gradual. En el caso de tener los síntomas habrá que hacer reposo durante 1 o 2 días.

Mi experiencia

Tuve la oportunidad de experimentar el mal de altura en mi viaje a Perú ya que a pesar que organizamos la ruta para ascender de forma progresiva, al tercer día de nuestra estancia y concretamente en el Lago Titicaca a 3.800m de altura sufrimos sus consecuencias.

En la Isla de Amantaní situada en el interior del lago quisimos subir una pequeña colina para poder divisar una preciosa puesta de sol desde su cima. Serían las 4h de la tarde cuando empezamos a seguir a nuestra guía, la mujer propietaria de la casa en la que nos alojábamos y que sólo hablaba aimara.

Pero se convirtió casi en una proeza seguir sus pasos, bueno de hecho perdimos su rastro a los pocos minutos de comenzar la ascensión y la puesta de sol fue como un suspiro porque la vimos casi en el tiempo que dura una exhalación debido a la cantidad de paradas "obligadas" que tuvimos que realizar durante la subida paro no morir de asfixia!!

He de decir que en esos momentos te sientes bastante inútil porque realmente tu cuerpo no responde a tus necesidades y aunque la inclinación de la ascensión sea pequeña la capacidad de resistencia de tu cuerpo se ve reducida de forma obligada.

Para que os hagáis una idea la sensación sería como si de repente te cayerran 200 años encima ...


La mayor altura la alcancé a los 5.825 metros en el Volcán Mistic (ver foto) y la cumbre del Glaciar Pastoruri a 4.900m también fue toda una proeza. Las vistas desde allí eran realmente espectaculares y el silencio te ponía los pelos de punta, una sensación de paz y SILENCIO de la que os hablaré más adelante.


En mi viaje a Perú, a medida que fuimos avanzando durante el recorrido mi cuerpo comenzó a aclimatarse y la sensación de impotencia fue desapareciendo progresivamente. Los últimos días era ya una experta “montañera de alta altura”. 
 


Lo curioso fue al regresar a Barcelona porque durante los primeros días que regresamos al gimnasio en nuestra rutina habitual y para nuestra sorpresa nuestros cuerpos resistían sin esfuerzo alguno todas las aceleraciones y cambios de pulsaciones. Pero ya se sabe que lo bueno dura poco!!
 
¡Recuerda que a ciertas alturas la prudencia y el sentido común priman por encima de todo!

4 comentarios:

  1. Yo creo que no tuve mal de altura porque me aficioné a la infusión de coca, jejeje
    Muy buen post, Isa! :)

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  2. Andaaaa, así que dándole a la droga dura, no me lo esperaba de tí, jua, jua. Gracias María.

    Saludillos. Isa

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  3. Anda Isa..no disimules que a ti también te encantaba!!!
    Como lo pasamos tan mal, probamos de todo: mate de coca, caramelos y chicles. Según los locales, lo ideal era mascar la planta pero tenía un sabor malísimoooo.

    Pilar

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  4. Siii, cierto ... por unos minutos masticar las desagradables hojas de coca causaban efecto ... y es que además el propio cuerpo lo pedía ... lástima de no poder traer a España unos cuantos ramilletes, je je ... Besillos de viajera a viajera ;)

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