Uno de los encantos que tiene viajar reside en que durante el tiempo que pasas fuera de casa desconectas de tu vida cotidiana, del mundo que te rodea y cuando estás fuera parece como si los problemas desaparecieran de repente conviertiéndote en una persona renovada y con nuevas expectativas.
Es curioso que esa total desconexión se active nuevamente al regresar a casa e incluso a veces tengas la sensación de no haberte ido nunca. Pero a la vuelta de un viaje los problemas regresan también contigo, te pones al día de tu trabajo en cuestión de minutos y de los nuevos sucesos ocurridos en tu ausencia.
Quizás por eso sea tan mágico y feliz el momento de preparación de un viaje en el que te sientes de nuevo como un niño repleto de ilusiones porque durante esos meses de inmersión al nuevo destino tu mente sigue presente en tu mundo pero parte de tu espítiru ya comienza a viajar de forma imaginaria.
... hacemos viajes en la vida pero seguir soñando es lo que nos hace sabios ...
Tienes toda la razón, Isa.
ResponderEliminarEs maravillosa la sensación de preparar un viaje, leer y releer guías y foros, ganar el tiempo al reloj en los ajetreos de última hora, salir de casa con el tiempo justo si vas a coger el avión, notar la aceleración del pulso en el momento del despegue... Y, entonces, empieza todo.
A la vuelta, aunque nos readaptemos tan rápidamente, aunque tengamos la sensación de no habernos ido, aunque suframos una cierta depresión post-vacacional, aún así, siempre habrá valido la pena viajar.
Gracias por recordárnoslo!
Un petó i bones festes!
Gràcies Dani, igualment i Bones Fetes. Ens veiem al 2012, amb nous projectes de viatges (és un vici;)
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