31 diciembre 2019

VIAJAR EN AVIÓN





Subirse a un avión puede ser una experiencia emocionante para muchos y a la vez aterradora para otros. 

Más allá de considerar al avión como un mero medio de transporte, viajar dentro de este impresionante vehículo incita a tener pensamientos diferentes a los habituales, pues en las alturas las ideas fluyen desde otra perspectiva.

Los problemas se minimizan contemplando al mundo por una pequeña ventana, adquiriendo conciencia desde arriba de lo insignificantes que somos. Es en ese momento en el que realmente te das cuenta del tiempo que le dedicamos a tantas cosas absurdas y que realmente no son tan importantes. En el aire los problemas casi se desvanecen dejándolos atrás al volar.

Este año mi contemplación desde el cielo ha sido diferente dentro de un avión. Al mirar la belleza de las nuves y sus inumerables texturas, por primera vez lo he percibido como un lugar de paz y tranquilidad, donde pensar y buscar con nostalgia a los seres queridos que ya no están. 


"Volamos al lado pero no en el mismo vuelo.
Compañeros de viaje pero cada uno en su cielo.
Que mi vuelo no entorpezca tu vuelo.
Que tu vuelo no oscurezca mi cielo"

(en memoria de mi padre)



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