23 agosto 2017

LISBOA

Desde hace años había escuchado muchos elogios sobre Lisboa aunque también otras personas la describen como una ciudad sucia y antigua. Es por ello que este año decidí visitarla y vivir mi propia experiencia.

La capital de Portugal se la conoce como la ciudad de las Siete Colinas dado que los principales barrios están distribuidos entre diferentes montañas. 

Los más emblemáticos como Chiado, Baixa, Alto y Alfama son quizás los más concurridos y curiosos de visitar por sus calles empinadas y pavimentadas con adoquines relucientes. Por estos barrios circulan tranvías y funiculares que son una atracción en sí mismos.

Afortunadamente la ciudad sigue manteniendo ese encanto genuino de las ciudades en las que parece que el tiempo se ha detenido. Por suerte aún conserva la estructura y arquitectura de sus calles y edificios original así como un diseño "retro-cutre" de sus tiendas, cafeterías y restaurantes.

Es por eso que si buscas una ciudad moderna, amplia y con un cierto refinamiento seguro que Lisboa no te va a gustar, porque precisamente es todo lo contrario ya que en muchas de sus calles te dará la sensación de estar en un pueblo. 




Me llevo un buen recuerdo de esta legítima ciudad a la que sin duda volvería a visitar, para seguir descubriendo nuevos rincones, escaleras inclinadas y callejuelas que te transportan a nuevos mundos. 


Mi recomendación

- Si visitas la ciudad en temporada alta te aconsejo madrugar para evitar las largas colas que se generan en casi todos los lugares de interés.

- Si te gusta la cultura y la historia puedes visitar de forma gratuita tanto planta baja de la Fundación José Saramago como también la Casa Do Alentejo.

- Si quieres escuchar fado, los barrios en los que cada noche se escuchan son Alto y Alfama con un ambiente nocturno muy agradable y seguro. Uno de los lugares más emblemáticos es A Tasca do Chico, donde suelen cantar los mejores fadistas. Puedes tomarte una cerveza y escuchar buena música sin tener que cenar.

- Subir al Tranvía 28 sobre las 8.30h de la mañana para poder recorrer toda la ciudad.




- Llevar calzado cómodo y con agarre ya que todas las calles son de adoquines rebaladizos.

- Para moverte por la ciudad, si  no quieres caminar puedes comprar por 0,50€ la targeta Las siete colinas y Viva Viagem, en cualquier parada de metro e ir recargándola en función de tu uso. 

- Tomar un taxi desde al aeropuerto hasta el centro de la ciudad puede costar entre 12€ a 15€ y son totalmente fiables. También puedes llegar a través con el metro sin problemas ya que el recorrido es corto y muy sencillo.

- Si quieres estar alojado en un lugar muy céntrico y a la vez tranquilo, recomiendo Pensao Estacao Central Lisboa.

- Visitar la ciudad en 3 días (1 y 2 días: Alfama, Chiado, Barrio Alto, Baixa; y 3 día Belem (se llega con el Tranvía 15 y Parque de las Naciones, se llega con el metro, parada Campo de las Naciones).

- Si dispones de más tiempo, puedes visitar en un día Cascais (Cabo da Costa) y Sintra (Palacio Da Pena). Se puede acceder en tren/bus pero si quieres ahorrar tiempo puedes hacerlo a través de un minibus organizado con Guia Nomada Lisboa.






- NO te recomiendo subir al Elevador de Santa Justa (ascensor de 3 pisos), ya que cuesta 5€ por un corto trayecto y además hacer cola. Desde la parte de arriba puedes acceder a la pasarela del elevador y hacer fotos panorámicas de la ciudad desde allí. 

- Como souvenir puedes comprar una lata de sardinas en la tienda (o casi un circo) O mundo Fantastico da Sardinha Portuguesa, donde encontrarás latas numeradas de 1916 hasta la actualidad con una noticias del año en cuestión.





- Si te gustan los dulces la ciudad está repleta de pastelerías en las que se hace imposible elegir por su gran variedad. 













El postre más buscado y quizás el más famosos son los pasteles de Belem. Te recomiendo que los pruebes en la pastelería originaria Pasteis de Belem (Rua de Belem 84 a 92 - Belem).




- No te vayas de Lisboa sin probar la Ginghina, un licor de cereza que en muchos lugares sirben en vasitos de chocolate que te comes al beberte el licor. Ni tampoco sin probar los pastéis du bacalhau acompañados por un buen vino portugués.



"Bien podría ser que Lisboa, contrario de lo que parecía, no fuera ciudad, sino mujer, y la perdición solo amorosa, si el restrictivo adverbio tiene cabida aquí, si no es ésa la única y feliz perdición"


José Saramago

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